La suma de bellos contrastes nos da alas.
Nos hace ver un cercano horizonte esperanzador.
Nos acercamos con confianza a ese mar de posibilidades.
Construimos nuestro mundo sobre los viejos momentos del pasado.
Nos agrada está cerca de la selva, pero desde un lugar maravillosamente civilizado.
Ascender sobre los empinados recuerdos de un espléndido pasado.
Desde lo más alto de los recuerdos dominar la exuberante selva.
Aventurarnos a encontrar agua clara en las entrañas de la selva.
Zambullirnos en su agua clara con estruendo.
Encontrar una cabaña primitiva en la que descansar sin descanso.
Nos volvemos a nuestra cómoda civilización, pero la naturaleza cercana nos visita.
Necesitamos protegernos de la inmensa energía que emana de la maravillosa naturaleza.
La naturaleza domesticada no nos debe quitar las alas para sentir los aromas de la vida.
