El tren continua su maravilloso recorrido, dejándonos en medio del bello bosque negro.
Hemos llegado a la capital mundial de los relojes de cuco.
Caminamos absortos por tanta belleza en busca de la Wasserfälle.
Vemos el bonito arroyo, que nos indica, que nos acercamos a la impresionante cascada de 163 metros del mítico Gutach.
Te encuentras a sus pies, miras hacia arriba, que maravilla!
Miras a tu espalda, el bosque negro mágico, fresco, inmenso.
Te hipnotiza la inmensa cascada en cada uno de sus intrépidos saltos.
Los puentes de madera nos permiten saborear con detenimiento todo su encanto.
Entre la frondosidad del enorme bosque podemos ver la localidad de Triberg, célebre estación climática por sus virtudes curativas.
La iglesia de Santa María del Pino, uno de los santuarios más populares de la Selva Negra.
Sus tradicionales casas nos invitan a quedarnos a pasar una mágica noche, pero cogimos el tren de la selva, para continuar con nuestra inquietante aventura.
Nos despide con un refrescante color, lleno de aromas silvestres inolvidables.
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