Nos permite ver como la ciudad invade la selva negra.
Como la selva acoge entre sus brazos a la ciudad de Freiburg im Breisgau.
Gracias a la Turm podemos apreciar con más nitidez los contrastes de la luz.
El brillante chorro de agua de las fuentes nos acompaña con su tenue música.
Los famosos riachuelos que adornan sus calles con su refrescante embrujo.
La plaza vieja donde se funden arte y el majestuoso bosque negro.
Una ciudad verde llena de bicicletas, con un silencioso tranvía.
Con bellos rincones llenos de vida, de color, de tranquilidad.
El cálido sol, que nos recibió, se despedía con una vibrante luz.
La ordenada ciudad nos ha abierto sus vetustas puertas, dándonos todo su tiempo.
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