Al acercarte mientras cruzas el puente te va resultando, coqueta.
El sol ha decidido darle brillo a nuestra entrada triunfal en la gran Basel.
Alzamos la vista ante la belleza exquisita de su Rathaus.
Entramos decididos, para disfrutar del artístico colorido de su patio.
Las estrechas calles de su casco histórico gozan de una gran armonía.
Austeras, sobrias, antiguas, encantadoras, sencillamente bonitas.
Sobrios puentes, que unen una ciudad dividida por la historia.
Un barrio industrial, empresas farmaceúticas de prestigio mundial.
Placita peatonal junto a la catedral, tan linda, tan refrescante.
La catedral de piedra rojiza, austera, sobria, imponente.
Un sencillo claustro, adornado con sencillez, con naturalidad.
La sencillez, la tradición, la naturaleza, la investigación, los museos nos han cautivado.
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