Nos sentimos arrinconados, lo más elevado parece lejano.
Un maravilloso frío nos hiela la sangre.
Necesitamos que el vapor caliente acaricie nuestros poros de la piel.
Sentir nuevamente los aromas del color.
Nuevos puentes se cruzan en nuestra mirada.
Una ciudad abandonado a sus sueños.
Un sueño de ciudad iluminada.
Un sueño que el mar trata de llevarse al fondo.
La vida se puede convertir en una calesita, en un carrusel.
Podemos hablar como un bonito loro.
Tenerlo todo bajo control.
Hay puentes más coquetos que nos pueden trasladar a lo más íntimo,delicado y alegre.
Un sentido abrazo nos acerca a una cálida playa.
El tiempo astronómico se detiene.
Tocamos el cielo con los dedos.
Nuestro mundo se ha vuelto divino, acogedor, cálido.
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