Sobre las nubes el cielo nos da la energía más maravillosa.

Con los pies en la tierra.

Un angosta calle adornada con esmero nos muestra un castillo mágico.

La naturaleza sobrecogedora nos abruma con sigilo.

Tras un arduo esfuerzo, con mucha ilusión y respeto llegamos a la cima.

Tanta exuberancia natural nos da una calma, llena de un brillo cálido.

Se puede compartir tanto en la intimidad de una coqueta mesa.

Todo se siente más brillante, transparente, 
refrescante.

El río de nuestra vida se llena de un caudal claro.

De color, aromas de esperanza e ilusión.

Estamos tan cerca de llegar a nuestra isla de ilusiones compartidas.

Atardece luminoso, con ilusión renovada. Mi loca 
emoción!